¿Quién soy yo?

Ta, pregunta díficil, lo sé. En realidad debería ser: ¿Cuál soy yo?
Hay muchas Anitas, si bien lo noto, es involuntario. No sé si se debe tanto a que yo actúo diferente según dónde, y sobretodo con quién, esté (cosa que no niego debo hacer inevitablemente), sino a la percepción que tiene la gente de mi según el entorno en dónde me conocen y ven habitualmente. Siempre solía preguntarme cuál de todas ellas soy yo, la que patalea, llora, ríe y baila como loca sola; la de la intimidad de la pareja; la familiar; la del trabajo. ¿Cuál? Capaz que ninguna, nunca puedo ser del todo yo, porque ni aún sola me siento absolutamente liberada. Pensándolo bien (y aclaro que esta es mi opinión provisoria que estoy disupuesta a cambiar en cuanto lo piense mejor) soy todas. Soy la que ríe y la que trabaja, la que llora y la que canta cuando camina sola por la calle, la vengativa y la clemente, la que no se calla y la que se avergüenza de todo, la santita, la nerd, la pilla, la pelotuda, la inteligente, la tonta, la culta, la miedosa, la valiente, la sincera y la que miente, la rompebolas, la creativa, soy yo.
Ni más,
ni menos.